Queridos amigos que os acercáis a nuestra página web en este tiempo veraniego, os deseamos que sean días para que de alguna manera descanse nuestro cuerpo y a la vez se fortalezca el espíritu. Esta expresión es la que utilizaba el sabio Benedicto XVI al referirse al tiempo vacacional.
De muchas maneras podemos descansar: cambiando de actividad, variando el ritmo de trabajo habitual, desplazándose a otro lugar, estableciendo nuevas relaciones sociales, dedicándose al deporte, incrementando el tiempo de lectura y de otras actividades que no se pueden realizar en el ritmo habitual de trabajo. Todo ello es bueno para nuestro cuerpo si se realiza con normalidad y sin ningún tipo de ansiedad, pues lo más hermoso de las vacaciones es la gratuidad.
Pero también hemos de buscar el fortalecimiento del espíritu dedicando más tiempo y si cabe con más intensidad a algunos hábitos de la vida espiritual en los que durante el año vamos más rápidos o ajetreados. Nos referimos a la oración, a la lectura de un buen libro, al retiro pausado en un monasterio o en otro lugar apropiado, a participar en algún curso de espiritualidad, a dedicar tiempo al silencio, etc… Todo ello hará que salgamos fortalecidos para trabajar más y mejor en la vocación que Dios nos regala.
Para ayudar a todo ello nuestra parroquia sigue abierta y activa en el tiempo de julio agosto. Los sacerdotes estamos dispuestos a atender con calma, los espacios de la misma permanecen abiertos para la oración y el estar tranquilos en el silencio, las celebraciones siguen cuidadas para realizarlas con calma, acogemos con cariño a los que desplazan para mostrarles el rico tesoro artístico y de fe.
Que todo ello sirva para que vivamos más intensamente estos meses de vacaciones que culminarán con la novena y celebración de nuestra patrona, la Virgen de la Antigua, a la que siempre nos y os encomendamos.
Os saludan los sacerdotes